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Los fondos marinos cada vez tienen más plástico. Está en nuestras manos producir menos residuos y reciclar todo lo que esté a nuestro alcance.

Durante los últimos 50 años hemos vivido el auge del plástico en nuestra sociedad. No imaginamos ningún lugar de la urbe sin algo de plástico. La utilidad que tiene es increíble, por su maleabilidad, ligereza y transparencia. Es por esto que en todos los aspectos de nuestro día a día lo encontramos presente. Pero esto ha de cambiar. Los fondos marinos cada vez tienen más plástico acumulado. Se han formado islas de plástico que vagan de un lugar a otro liberando microplásticos que acaban en toda la fauna que habita las aguas.  Nuestros mares y océanos nos claman una solución a gritos.

La tecnología ha permitido que avancen los procesos de reciclado. Actualmente las botellas de plástico son perfectamente reciclables. Por lo general están fabricadas con tereftalato de polietileno (PET), un material con una gran capacidad de reciclado. Mediante una serie de procesos se pueden obtener escamas y fibras de PET para infinidad de utilidades.

En la industria textil se ha encontrado un hueco para poder dar un uso extra a estos residuos y generar así una economía circular. El proceso de fabricación de hilo a partir de PET consiste primeramente en cortar el plástico y después se tritura, se funde y se transforma en copos. En esa etapa se añade un compuesto químico pirorretardante. Se hacen esquirlas de poliéster, se calientan y se extruden. El resultado es un hilo reciclado listo para tejer, que puede reciclarse una y otra vez sin reducir su calidad.